Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Crónicas 23, 8-15

8 Los levitas y todo Judá hicieron cuanto les había mandado el
sacerdote Yehoyadá. Tomó cada uno a sus hombres, tanto los que entraban
el sábado como los que salían el sábado; pues el sacerdote Yehoyadá
no
exceptuó a ninguna de las secciones.

9 El sacerdote Yehoyadá entregó a los jefes de cien las lanzas y los
escudos, grandes y pequeños, del rey David, que se hallaban en la Casa de
Dios,

10 y apostó a todo el pueblo, cada uno con sus armas en la mano,
desde el ala oriental de la Casa hasta el ala occidental, entre el
altar y la
Casa, para que rodeasen al rey.

11 Hicieron salir entonces al hijo del rey y le pusieron la diadema y el
Testimonio. Le proclamaron rey; Yehoyadá y sus hijos le ungieron y
gritaron: «¡Viva el rey!».

12 Al oír Atalía los gritos del pueblo que corría y aclamaba al
rey,
vino a la Casa de Yahveh, donde estaba el pueblo,

13 miró, y vio al rey en pie junto a la columna, a la entrada, y a los
jefes y las trompetas junto al rey, a todo el pueblo de la tierra,
lleno de
alegría, que tocaba las trompetas, y a los cantores que, con instrumentos de


música, dirigían los cánticos de alabanza. Entonces Atalía
rasgó sus
vestidos y gritó: «¡Traición, traición!»

14 Pero el sacerdote Yehoyadá dio orden a los jefes de cien, que
estaban al frente de las tropas, y les dijo: «Hacedla salir de las filas, y el
que
la siga que sea pasado a espada.» Porque había dicho el sacerdote: «No la
matéis en la Casa de Yahveh.»

15 Así pues, ellos echaron mano de ella, y cuando llegó a la casa del
rey por el camino de la Entrada de los Caballos, allí la mataron.